Primer contexto de intervención: La persona



Lectura
Primer contexto de acompañamiento: la persona.
En: El acompañamiento sistémico: lo que los educadores podemos hacer en contexto. Cuadernos de Investigación: educación de migrantes. Vol. No.1 SEP/Gobierno del Estado de Sinaloa, 2005. México.

Descripción

El contexto persona es propiamente identitario. Se construye multidimensionalmente en el transcurso de la vida, en la interacción con el mundo exterior y con la persona misma. En ésta se entrecruzan atributos de pertenencia social que le identifican como parte de un territorio, familia, escuela, género, grupos, etc., y rasgos particularizantes que hablande su estilo de vida, relaciones personales íntimas, carácter, apego y su biografía; los primeros lo configuran como ente sociocultural y los segundos como unicidad idiosincrática (Giménez, en prensa).

El estudio de este contexto permite el reconocimiento intencionado de nuestras capacidades y habilidades intelectuales y sociales. Tomar conciencia de lo que somos y lo que queremos ser va acompañado del aprendizaje del métido para reflexionar sobre nosotros mismos, construyéndose como observador de sí mismo. Favorece la posibilidad de re-construir nuestro pensamiento y nuestras acciones, ya que ser observador de uno mismo, demanda plena atención y actitud vigilante de lo que hacemos y pensamos.

Al relacionarse con el mundo externo la persona construye un marco de protección para mantener su estabilidad y defender su integridad. Como sistema, se abre al percibir un entorno de confianza, de seguridad, pero tiende a cerrarse si ve amenazada su interioridad. Esta es una función autopioética del ser.

En este sentido, puede resistirse a los cambios y construir estrategias para superar conflictos cognitivos, emocionales y sociales; actúa en función de determinados formatos que ha aprendido y que le permiten proyectar una imagen. Se provee de saberes y destrezas que considera necesarias para conservar su identidad o adaptarse a las nuevas relaciones o entornos.

Constantemente echa mano de su conocimiento, de sus recuerdos, de sus reflexiones y experiencias en el momento de la interacción consigo mismo y con los otros. Con ello se explica los acontecimientos internos y externos, e interviene en ellos, reafirmándolos o corrigiéndolos.

Se expresa a través de códigos lingüísticos adquiridos socialmente en el transcurso de su vida que, a su vez, se relaciona con otros contextos y forma parte integral de ellos; a través del lenguaje se define a sí misma y a la otredad y puede ser afectada en el decir por el decir de los demás.

El acompañamiento en el contexto persona

En este contexto los objetos del acompañamiento son metacognitivos, por eso lo hemos considerado como la modalidad más adecuada de la tutoría (intervención). Sus objetivos incluyen primordialmente un compromiso emocional y cognitivo que la persona asume consigo para lograr su bienestar interior. La dirección que sigue es de afuera hacia adentro. En este sentido el acompañamiento promueve el aprendizaje de la reflexión sobre sí mismo para generar teoría acerca del funcionamiento de su propia mente. Hacer eso contribuye a que la persona reconozca sus fortalezas y debilidades interiores, lo mismo que la toma de conciencia sobre cómo lo ven los demás, lo que cada quien piensa, que es, y cómo, lo que piensa afecta a los que le rodean (Krishnamurti, 2000). Es como pensar en voz alta para descentrarse de sí y dar juego a la conversación interior.

Al acompañar (intervenir) se actúa como observador de segundo orden (Luhman, 1998) para que el acompañado poco a poco construya dentro de sí al observador de segundo orden de su propio contexto mental. Lograr esto contribuye a que el acompañado aprenda a establecer distancia de sus procesos cognitivos y sus productos, logre conocerlos para gobernarlos a voluntad (ver Dewey, 1989). Un ejemplo puede ser, comprender cómo funciona la memoria y aprender a regularla para evitar los prejuicios del pasado y ser cautivo de ellos en un contexto contemporáneo que demanda respuestas actualizadas (Krishnamurti, 2001).

Los marcos de acción más frecuentes en el contexto persona son el marco de discurso, el modelado, el instrumental y el de protección.

El marco de discurso se realiza en dos momentos; en el primero se recibe acompañamiento a través de la conversación con el acompañante. Es allí donde ambos acompañante y acompañado exponen sus ideas y donde el acompañante genera oportunidad de interacción para aconsejar y ofrecer herramientas de pensamiento que permitan al acompañado generarse condiciones objetivas de análisis a sí mismo. En el acompañamiento en díada, el marco de protección aparece las mismas veces que se aconseja y se le dice abandonar ideas o actitudes que perturban su equilibrio interior, asumiento en consecuencia actitudes que pueden dañar a quienes le rodean.


El marco instrumental, en cambio, puede expresarse asumiendo diversas modalidades, pero nunca abandona el carácter metodológico. Este marco genera condiciones para que la persona poco a poco se vaya apropiando de las técnicas y los procedimientos que favorezcan a la introspección y a las incursiones reflexias sobre sí, que le permitan reconocerse como sujeto psicológico con determinados procesos y productos intelectuales y emocionales. Cuando el acompañante actúa como observador de segundo orden genera el mejor marco de modelado para que el acompañamiento vea de qué manera habría de proceder en el trato consido mismo.

Conocer el proceso a través del cual el individuo se convierte en sujeto social es un saber fundamental del observador de segundo orden al realizar la tarea de acompañamiento. Contribuye a hacer propicios diferentes marcos de acción: se modela, se generan estrategias para fortalecer la intersubjetividad como garante de la memoria compartida, se facilitan los medios, los instrumentos necesarios en la ejecución de determinadas tareas, se estimula y se generan ambientes propicios para el aprendizaje.

El acompañamiento en el contexto persona funciona preferentemente en la díada sistémica. Es una estrategi de acompañamiento caracterizada por la reciprocidad en el trato, que busca el equilibrio dinámico y la relación afectiva. Se trata de un tipo de acompañamiento que va mejor cuando se planifica y cuando se traduce a la acción como si fuera estpontánea. Hacer lo primero ayuda a construir sentido a la acción propia; y lo segundo contribuye a generar un ambiente de confianza que favorece el viaje a la interoridad del otro, se reconoce recíproca y se convierte la relación ajena en íntima y propia.

La conversación y la escucha atenta de lo que cada quien dice de sí mismo y de los demás es muy importante para comprendernos a nosotros mismos, a los otros y para hacer los cambios que necesitamos para mejorar.

El acompañamiento en el contexto persona, debe estar orientado a propiciar:

a. La toma de conciencia en el conocimiento de lo que se sabe, de lo que falta por saber y de todo aquello que contribuya al mejoramiento profesional y personal. Pensar en voz alta, reflexionar junto con el otro y desarrollar habilidades metacognitivas son acciones que contibuyen a esa toma de conciencia.
b. La emergencia de la autorregulación que permita a la persona gestionar su propio proceso de aprendizaje y pueda realizar cambios cuando mejor convenga. Esto se puede lograr a través de acciones como planificar, controlar, regular y supervisar los propios procesos mentales.
c. Actuar con sentido estratégico para tomar decisiones deliberadas, orientadas a la resolución de problemas personales y profesionales.
d. La adopción del perspectivismo, la cual tiene que ver con la facultad que poseemos los seres humanos para situarnos en el punto de vista o perspectiva de los demás. A este campo se asocian acciones como ser empático, crear sintonía, compartir puntos de vista, aceptar la perspectiva del otro o trabajar de manera cooperativa (Poco, 2001).

1 comentario:

  1. Esta lectura hace énfasis en el contexto que nosotros mismos creamos y nos identifican como parte de un territorio, familia, escuela, género, grupos, etc.
    El estudio de este contexto permite el reconocimiento de nuestras capacidades y habilidades intelectuales y sociales. Tomar conciencia de lo que somos y lo que queremos ser y como lo podemos lograr tomando partido, de acontecimientos, vivencias, aprendizajes, para poder así construir nuestro propio contexto, que nos identificara por el resto de nuestras vidas.

    Por Mayra Lezama B.
    Alumna LIE-Educación Inclusiva
    Xalapa, Ver.

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