A MANERA DE REFLEXIÓN INTRODUCTORIA


La importancia de pertenecer

Por: David Pitonyak, Ph.D.


Muchas personas que experimentan discapacidades viven en extrema soledad y aislamiento. Muchas dependen casi exclusivamente de sus familias para la compañía.

Algunas han perdido sus conexiones con la familia, contando con personas que son pagadas para estar con ellos para su apoyo social. Aunque el personal pagado puede ser amistoso y de apoyo, frecuentemente cambia de empleo o toma nuevas responsabilidades. La inestabilidad resultante puede ser devastadora para alguien que está fundamentalmente solo. Bob Perske describe cómo se puede sentir una persona cuya vida es desprovista de relaciones significativas: "Sólo hemos empezado a notar las heridas trágicas que muchas [personas con discapacidades de desarrollo] pueden sentir cuando caen en cuenta que la única gente relacionada con ellos — fuera de sus familiares — son pagadas para hacerlo. Si usted o yo llegamos a tan triste realidad acerca de nosotros mismos, nos desgarraría nuestras almas el tan solo hablar de ello. Las posibilidades son que algunos de nosotros lo cubriríamos con un ruido torpe después de otro. Y las probabilidades son que algunos profesionales viéndonos actuar de esta forma, dirían que tenemos “conducta inadaptada.”

Piense acerca de cómo se sentiría tener a una persona que viniera a nosotros sin paga, desarrollar una relación fiable de largo plazo con nosotros porque él o ella lo quiere... literalmente nos acepta como somos. Luego piense en los sentimientos inefables que podamos poseer si — cuando otros estaban “hablándonos con aires de superioridad” y “poniéndonos en nuestro sitio” — ¡también podríamos contar con esa amable persona para defendernos! La mayoría de nosotros tenemos personas como esa en nuestras vidas. Pero ¿llegará el día - cuando [las personas con discapacidades] también las tendrán?” (1) En mi opinión, la mayoría de las personas servidas por la industria de servicios humanos están profundamente solas. La soledad es la razón central del por qué muchos son infelices y están desconsolados.

No es porque nuestras estrategias está mal informadas o porque nuestros procesos de planeación son inadecuados, no es porque nuestros medicamentos son impotentes, o porque el personal está sin entrenar. Su sufrimiento resulta del aislamiento. Como ha escrito Willard Gaylin, “Ser vulnerable no es estar en peligro. Ser vulnerable y aislado es la matriz del desastre (2).” Las Preguntas Erróneas Por años, la profesión de servicios humanos ha estado preocupada con tres preguntas (3):


  • ¿Qué está mal contigo? ¿Cómo te arreglamos?

  • ¿Qué hacemos contigo si no podemos arreglarte?

La función central de nuestro sistema de servicios humanos, en mi punto de vista, debería ser ayudar a las personas que experimentan discapacidades para desarrollar y mantener relaciones duraderas escogidas libremente” (4).


Mejores Preguntas el campo se está moviendo hacia una serie de preguntas mucho más Prometedoras que ¿Qué está mal contigo? ¿Cómo podemos arreglarte? ¿Qué podemos hacer si no te rreglamos? Procedimientos tales omo la planeación centrada en la ersona posee una serie de preguntas más profundas e luminativas (10):




  • ¿Cuáles son sus capacidades y dones y qué apoyos necesita para expresarlos?


  • ¿Qué funciona bien para usted y qué no funciona?


  • ¿Cuáles son sus visiones y sueños de un futuro más brillante y quién le ayudará a moverse hacia ese futuro?

En adición a estas preguntas, me gustan aquellas planteadas por Mary Romer. Las preguntas de Mary me parecen fundamentales para el éxito de cualquiera (11):




  • ¿Hay suficientes personas comprometidas en la vida de la persona?


  • ¿Hay gente que está imbuida con la creencia y esperanza por un futuro más brillante y mejor para la persona?

Si no, ¿cómo pueden ser encontradas tales personas o cómo puede ese sentido de esperanza estar involucrado en aquellos comprometidos a caminar con la persona?